El ministerio de almas es el más delicado. ¡Qué responsabilidad! La vocación más grande es la de formar a las almas. Vuestra vocación es bellísima... El trabajo en las almas es el trabajo de Dios, es el trabajo de Jesús Buen Pastor venido a esta tierra por las almas (PrP I, 22).
Beato Santiago Alberione