El divino Maestro en la Iglesia difunde sus rayos que son el camino, la verdad y la vida; ellos... forman a los apóstoles de la prensa; y mediante la pluma, los tipos y las máquinas de la casa iluminan a las almas, las dirigen, las vivifican. De aquí partirán los misioneros de la buena prensa (APim, 35).
Beato Santiago Alberione