Debemos vencernos a nosotros mismos... Quitar los defectos para poder poner las virtudes opuestas: quien es soberbio adquiera la humildad, quien está inclinado a la envidia pase a la caridad, el que es propenso a la pereza logre el fervor. Y quien anda flojo… quien es flojo pida al Señor la fortaleza, que es una virtud cardinal y a la vez uno de los dones del Espíritu Santo (APim, 263).
Beato Santiago Alberione