Hay personas que en un grupo dicen siempre la palabra que trae la paz, que resuelve las cuestiones razonablemente; otros, en cambio, parecen hechos para suscitar discordias, emulaciones inútiles, disputas que tal vez no tienen sentido... Amando la paz y el amor seremos como Dios, hijos suyos (Pr 1, 48-49).
Beato Santiago Alberione