Los dones del Espíritu Santo... son mociones suyas que nos empujan a practicar el bien, a cumplir nuestros deberes; nos impulsan a la santificación. Los dones del Espíritu Santo, pues, hacen más fácil lo que de suyo sería difícil... Invoquemos siempre al Espíritu Santo y sus dones (Pr 2, 119-120).
Beato Santiago Alberione