AGARRADOS POR SU MISTERIO
“Celebrar la Santísima Trinidad no es solo un ejercicio teológico, sino una revolución de nuestra manera de vivir. Dios, en quién cada Persona vive para la otra en continua relación, no para sí misma, nos estimula a vivir con los demás y para los demás. Abiertos. Hoy podemos preguntarnos si nuestra vida refleja el Dios en el que creemos: yo, que profeso la fe en Dios Padre e Hijo y Espíritu Santo, ¿creo verdaderamente que para vivir necesito a los demás, necesito entregarme a los demás, necesito servir a los demás? ¿Lo afirmo de palabra o lo afirmo con la vida? Dios trino y uno, queridos hermanos y hermanas, hay que mostrarlo así, con los hechos antes que con las palabras. Dios, que es el autor de la vida, se transmite menos a través de los libros y más a través del testimonio de vida. Él que, como escribe el evangelista Juan, «es amor» (1 Jn 4,16), se revela a través del amor. Pensemos en las personas buenas, generosas, mansas que hemos conocido: recordando su manera de pensar y actuar podemos tener un pequeño reflejo de Dios-Amor. Y, ¿qué quiere decir amar? No sólo apreciar y hacer el bien, sino antes incluso, en la raíz, acoger, estar abierto a los a los otros, dejar espacio a los otros. Esto significa amar, en la raíz. (Francisco .- Angelus 12.6.22. Solemnidad de la Smma. Trinidad)