jueves, 8 de junio de 2023

Un Corpus Christi, diferente e igual en el Amor manifestado

Dice un dicho popular muy conocido de todos " Tres jueves hay en el año que relucen mas que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión" En España desde 1990, dejó de celebrarse en algunas ciudades el jueves y pasó a celebrarse el domingo, pero hay ciudades como Toledo y Sevilla que continúan celebrándolo el Jueves.

Este año el Corpus en Sevilla no ha podido procesionar por las calles, pues la lluvia, que tanta falta nos hace ha regado la tierra en sequía, hermoso don de Dios, ese Amor que lo sacrificó todo para nuestro bien y que hoy nos ha hecho este regalo, sacrificando su salida por las calles de Sevilla, donde siempre hay un gran número de personas dispuestas y deseosas de adorarle. En Toledo ha salido la procesión y ha recorrido las calles recibiendo la alabanza de las personas que esperaban su paso, a pesar de que el día amenazaba lluvia, esa lluvia tan necesaria que ha hecho su aparición en el último tramo del recorrido y que tanto hemos agradecido, pues sin agua la vida no es posible, las cosechas se pierden los animales y las personas necesitamos también de ella, y nuestro buen Padre Dios nos ha regalado esta lluvia que ha ido refrescando y esponjando nuestros campos.

De cualquier forma, seguro que en muchas Iglesias el Señor ha estado expuesto para que fuésemos a Él los que estamos cansados y agobiados o los que queremos agradecer sus dones y hemos adorado su presencia entre nosotros y nos hemos sentido acogidos  y hemos tenido ese diálogo que brota del corazón cuando logramos un momento de calma y nos ponemos ante su presencia. Desde hoy hasta el domingo tenemos la oportunidad de volver a encontrarnos con Él, una hora, antes de celebrar la Eucaristía de la tarde.

Él se ha quedado con nosotros y nos espera, es hermoso poder adorarle, por los que no le adoran. Pero aún más hermoso es acudir a su banquete Eucarístico en el que todos estamos invitados, participar en él, pidiéndole perdón, escuchando su Palabra, reviviendo su entrega por nosotros en el memorial de su Pasión, comiendo su pan, que es alimento y fuerza para la dureza del Camino, y al final del banquete recibir la bendición para ir a la misión que a cada uno nos ha encomendado, en la familia, en el trabajo, con los vecinos, los amigos, allí donde hemos de ser testigos de su gran Amor. Corpus Christi diferente, pero con dones que  nos muestran como está pendiente de nuestras necesidades, GLORIA A DIOS
Rosa María C.M
(anunciatina).