Hay en nosotros dos tendencias: una es la tendencia celeste, que nos lleva a seguir a Jesús, a seguir a María, a seguir a san Pablo; la otra es la tendencia que nos lleva bien lejos, hacia la libertad, no la de los hijos de Dios sino la de quienes se rebelan a Él (Pr 5, 56).
beato Santiago Alberione