La preparación a la eternidad está en establecer en Dios todo nuestro ser...: mente, voluntad, corazón, cuerpo, por Jesucristo, en Jesucristo, con Jesucristo. La vida actual debe presentar en sí la forma y los caracteres específicos que la hacen una verdadera preparación a la bienaventuranza eterna (ACV, 29).
Beato Santiago Alberione