domingo, 3 de diciembre de 2023

Soneto - Domingo I de Adviento

 “¡VELAD!”

“En el Evangelio de hoy, Jesús nos exhorta a estar preparados para su venida: «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor» (Mateo 24, 42). Velar no significa tener los ojos materialmente abiertos, sino tener el corazón libre y orientado en la dirección correcta, es decir, dispuesto a dar y servir. ¡Eso es velar! El sueño del que debemos despertar está constituido por la indiferencia, por la vanidad, por la incapacidad de establecer relaciones verdaderamente humanas, por la incapacidad de hacerse cargo de nuestro hermano aislado, abandonado o enfermo. La espera de la venida de Jesús debe traducirse, por tanto, en un compromiso de vigilancia. Se trata sobre todo de maravillarse de la acción de Dios, de sus sorpresas y de darle primacía. Vigilancia significa también, concretamente, estar atento al prójimo en dificultades, dejarse interpelar por sus necesidades, sin esperar a que nos pida ayuda, sino aprendiendo a prevenir, a anticipar, como Dios siempre hace con nosotros” (Francisco, Angelus 1-12-19)

“Velad”: advertencia seria es de espera

y es así cómo empezamos Adviento,

pues que preparación es a un evento

que del pasado rompió las barreras.


Los cielos se rasgaron de manera

que quienes los esperaban abiertos

y que el mismo Dios llegara a su encuentro,

naciendo Jesús tuvieron respuesta.


Aquel nacer Dios, ya no lo esperamos,

pues la promesa en Jesús fue cumplida:

y los anhelos de todos llenados.


La llamada de hoy a estar preparados

esperanza es de la nueva venida:

a anhelarla nos mantiene avocados.

Pedro Jaramillo Rivas.

Parroquia de S. Juan de la Cruz – Guatemala