El tiempo de la santa Cuaresma nos lleva a la devoción a Jesucristo crucificado. El Maestro divino nos enseña desde la cruz más con ejemplos que con palabras y por eso es verdaderamente el único Maestro, porque los demás maestros enseñan, pero Jesucristo, además de enseñar, nos ha precedido con su ejemplo (APD58, 30).
Beato Santiago Alberione