El alma hermosa, querida por Dios, dará gracias al Señor, pues, por todos los beneficios, por todas las inspiraciones, por todas las gracias y especialmente por la gracia de las gracias: es decir, la correspondencia a las gracias de Dios. Gratitud a Dios, en cuanto amor (APD56, 375).
Beato Santiago Alberione