Jesús, Maestro divino, te doy gracias y bendigo tu corazón amorosísimo por el gran don de la eucaristía. Por amor habitas en el santo sagrario... ¡Que yo te conozca, oh Dios escondido, que saque aguas con gozo de las fuentes de tu corazón! (PR 136).
Beato Santiago Alberione