Hay que orar, unirse a Dios, protestar que lo amamos sólo a él. Orar para observar los propósitos, para vivir recogidos, unidos a Jesús, para sentir a Jesús en nuestro corazón, durante todo el día. Hay que amar al Señor con todo el corazón. Sentirlo cerca, dentro (APD56, 476).
Beato Santiago Alberione