María, sois, pues, nuestra madre, y nosotros vuestros hijos. Aquí nos tienes con cuanto somos y poseemos: os lo consagramos todo. Queremos ser vuestros como lo fue Jesús; y queremos que seáis nuestra madre como lo fuisteis con Jesús. Hacednos crecer en sabiduría, edad y gracia (PR 167).
Beato Santiago Alberione