Debemos realizar un apostolado que, al fin y al cabo, es único, el de María: dar a Jesucristo al mundo. María realizó el apostolado en su totalidad, nosotros lo realizamos en parte. Pero debe acompañarnos la humildad, y al mismo tiempo debe haber oración porque todos juntos formamos un solo cuerpo en Cristo, en la Iglesia (APD56, 287).
Beato Santiago Alberione