El lector asiduo de la sagrada Escritura se inflamará de tal modo de amor a Dios y al prójimo, que la muerte será para él un paso decisivo hacia el paraíso, que consiste esencialmente en el amor. El alma amante será admitida de inmediato a la unión íntima con el Esposo divino (LS 91).
Beato Santiago Alberione