Quien lea asiduamente la Biblia se sentirá inclinado a vivir en la atmósfera divina y celestial de los bienaventurados. Se sentirá tan animado con los santos ejemplos narrados en ella y por sus santas máximas, que concebirá propósitos heroicos y en la vía de perfección, más que correr, volará (LS 144-145).
Beato Santiago Alberione