Debemos asemejarnos a los Ángeles; hombres compuestos de alma y cuerpo, debemos tender a elevarnos y a realizar en nosotros lo que dijo Jesucristo: “serán como los ángeles de Dios en el cielo” (Mt 22,30). Que seamos como los Ángeles en los sentimientos, que seamos como los Ángeles en los hábitos (Prediche inedite, 1933, 114).
Beato Santiago Alberione