En el santuario Regina Apostolorum Jesús desde el sagrario repite: «Yo soy la luz del mundo» (Jn 8,12). «Ustedes son la luz del mundo» (Mt 5,14). Quiere decir: «Piénsenlo, yo he sido la luz para el mundo; pero ahora son ustedes la luz del mundo…» Hay que sentir las almas, sentir la misión, la vocación (FSP-Spiegazione delle Costituzioni, 233).
Beato Santiago Alberione