Debemos dar gracias a Dios por la vocación y responder con amorosa gratitud al Señor; gratitud amorosa y dinámica al mismo tiempo. El Señor nos previene con sus gracias... Cuántas veces se recibe más de lo que se pide y muchísimas gracias sin haberlas pedido. ¡Confianza en Dios! (APD56, 641).
Beato Santiago Alberione