viernes, 2 de abril de 2021

VIERNES SANTO

 Continuamos contando en este Triduo Pascual con la colaboración de D. Pedro Jaramillo, al que agradecemos nos haya permitido subirlo a nuestro blog.

YO QUIERO ABRAZAR TU CRUZ

Escrito este poema en verso libre para el Viernes Santo del 2020, tiene todavía posibilidad de iluminar el presente Viernes Santo, el del 2021, que nos acontece metidos aún en la pandemia.

YO QUIERO ABRAZAR TU CRUZ,

Pero no la quiero sola.

La cruz la quiero contigo,

porque si Tú en ella no estás,

me parece un sinsentido.

En esta cruz que se ha hecho grande

y a todo el mundo ha alcanzado,

no te veo, Jesús, extraño,

en esta cruz que nos pesa, te miro crucificado.

YO QUIERO ABRAZAR TU CRUZ,

porque sé que en ella estás,

y mueres con los que mueren,

y estás solo en su soledad,

y con sus ojos los tuyos cierras, para entrenar sus pupilas

a la luz que es fuerte y nueva, la luz de la eternidad.

YO QUIERO ABRAZAR TU CRUZ.

porque sé que en ella estás,

que es tu mismo corazón

el que, lleno de dolor, acompaña, desolado,

a quienes, desesperados, no pueden estrechar la mano

de aquellos que se les van sin el beso del adiós.

YO QUIERO ABRAZAR TU CRUZ,

porque sé que en ella estás,

y esperas con los que anhelan poner fin a su dolor,

y sufres con los que sufren esta loca enfermedad,

y compartes sus temores, sus duros interrogantes,

sus zozobras y sus llantos, porque también son tus mejillas

las que bañadas están por las lágrimas de tantos.

YO QUIERO ABRAZAR TU CRUZ,

porque sé que en ella estás,

que es tuyo nuestro dolor y compartes nuestro quebranto;

y en esta exagerada prueba, eres Tú mismo probado.

Y das voz a nuestra queja, cuando suplicas a Dios:

“¿por qué me has abandonado?”

Tú bien  sabes, Señor, que no es queja de desesperados, como no lo fue la tuya;

es la queja dolorida de no acabar de entender

y de orarte, queriéndote suplicar la luz que necesitamos

para saber vivenciar que Dios saca bienes del mal.

YO QUIERO ABRAZAR TU CRUZ,

porque sé que en ella estás,

y llegar a comprender que no fuiste castigado,

que Dios no se ensañaba contigo como queriendo vengar

algún tipo de pecado;

que fue tu exceso de amor a tenerte en la cruz colgado.

Y suplicarte, Jesús, que a esta cruz que con nosotros compartes

nos cuelgue tu mismo amor.

SÓLO ASÍ SERÁ POSIBLE QUE DE ESTE GRANO QUE MUERE SALGA LA ESPIGA MEJOR

P. Pedro Jaramillo Rivas.- Párroco de San Juan de la Cruz (Guatemala)