Pedid la gracia de asistir bien, cada vez mejor a la santa Misa, con el espíritu de la Virgen santísima. Debéis entrar íntimamente en el espíritu de la Virgen y tener sus mismos sentimientos. Toda la vida de la Pía Discípula es continuación de la vida de la Virgen: la Pía Discípula debe vivir con la Virgen (APD47, 173).
Beato Santiago Alberione