Sé que vuestra vocación es vocación de intimidad, de especial perfección. Vocación al amor, semejante a la de la Virgen santísima. ¿Quién lo logrará? ¿Hasta qué punto corresponderéis? ¿Con qué generosidad pronunciaréis vuestro fiat? ¿Daréis a Jesús cuanto él espera de cada cuál? (APD47, 244).
Beato Santiago Alberione