La Biblia debe leerse piadosamente, es decir… con corazón de hijos... Debe tomarse como lectura espiritual, como medio de recogimiento y elevación en la visita al santísimo Sacramento, como libro principal de meditación, como el oráculo divino que debe consultarse en todas las necesidades espirituales, apostólicas y sociales (LS 100).
Beato Santiago Alberione