«Tu palabra es una luz para mis pasos, y una antorcha para mi camino» (Sal 118/119,105). Es siempre el Señor quien por medio de su ley ilumina nuestros pasos para que no nos salgamos del camino recto del cielo. ¡Cómo se acrecienta nuestra esperanza y nuestro deseo del cielo con la lectura frecuente de la Biblia! (LS 254).
Beato Santiago Alberione