miércoles, 30 de septiembre de 2020

Los gabrielinos celebran a San Gabriel

 El 29 de septiembre, celebrábamos  a los Arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael, pero especialmente los Gabrielinos de todo el mundo, celebraban a San Gabriel Arcángel, patrono de su Instituto y con ellos también lo celebramos toda la Familia Paulina. Deseamos que él os proteja, y os haga buenos comunicadores como él de la Buena Noticia, de la que la humanidad está tan necesitada, sin apenas darse cuenta de que lo que necesitan es acoger a Jesús en sus vidas, para que el mundo pueda ser el lugar de paz y amor que Dios quiso para nosotros.

FELICIDADES A TODOS NUESTROS HERMANOS DEL INSTITUTO 

PAULINO DE VIDA SECULAR CONSAGRADA

 "SAN GABRIEL"


30 de septiembre

 


lunes, 28 de septiembre de 2020

SONETO: ENCUENTRO

De repente, nos hemos encontrado con muchas cosas cambiadas en nuestra vida de cada día. Una “obligada” convivencia familiar no se puede convertir en vivencia de “prisión” … ¡Ojalá la podamos convertir en vivencia de “pasión” !: apasionados por un encuentro familiar que crece en hondura y “sabe cambiar la fuerza en gracia”. 

Un corazón estrecho y retorcido 
de aullidos ha su soledad poblada. 
Que no hay paz en un alma desbordada, 
y transformada acaba en alaridos. 

Soledad al servicio del encuentro 
con aquellos que son de tu familia. 
Es el tiempo del amor que reconcilia 
y a los otros te abre desde dentro. 

El virus nos forzó a ser solidarios: 
navegar juntos en la misma barca, 
y dejar de jugar a ser contrarios. 

La pandemia que a todos nos abarca 
nos iguala a la fuerza, siendo varios: 
¡momento es de cambiar la fuerza en gracia! 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

28 de septiembre

 


sábado, 26 de septiembre de 2020

SONETO: EL SILENCIO

Los días de confinamiento han proporcionado, de pronto, momentos prolongados de silencio. Al silencio nos habíamos desacostumbrado. Una oportunidad de este tiempo de obligado “recogimiento” externo puede convertirse en verdadero “recogimiento” interior. Ese que necesitamos para escuchar las razones de las que sólo el corazón entiende.


Silencio no es ausencia de palabras,
es el espacio interior bien dispuesto
a escuchar lo que Dios te dice dentro
y a saborear, muy quedo, su habla.

Que no es solo tu bulla la que cuenta
ni importante lo mucho que te agites.
Es la calma interior en la que habites
la que dar sabrá tu mejor respuesta.

Aprovecha este obligado silencio
para abrir tu corazón sin reservas
y probar que escuchar no tiene precio.

Si de Dios la Palabra en ti conservas
y de su voz va creciendo tu aprecio
notarás que del miedo te preservan.

P. Pedro Jaramillo
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

26 de septiembre

 


jueves, 24 de septiembre de 2020

SONETO: UNIDOS PARA COMPARTIR

El tiempo de coronavirus se nos ha convertido en tiempo de obligada solidaridad, por estar todos amenazados: juntos en la misma barca, somos uno con todos los que sufren. Pero, además, socialmente, ha dado la cara la vulnerabilidad de tantos y tantas que nos son cercanos. El Papa lo recordaba así: “qué difícil es quedarse en casa para aquel que vive en una pequeña vivienda precaria o que directamente carece de un techo. Qué difícil es para los migrantes, las personas privadas de libertad o para aquellos que realizan un proceso de sanación de adicciones…” Y lanzaba una exhortación: “Ahora, más que nunca, son las personas, las comunidades, los pueblos quienes deben estar en el centro, unidos para curar, cuidar, compartir” (A los Movimientos y Organizaciones sociales,14 abril 2020). 

Tocado estás, Jesús, en los que sufren; 
tu dolor no es engaño lisonjero 
ni tu llanto sentimiento pasajero, 
porque Tú no te escondes tras las nubes 

Te abajaste y tomaste nuestra carne 
y de todos te hiciste compañero. 
Y prefieres cuidar con más esmero 
a quien pasa la vida siendo nadie 

Haz, Jesús, que sepamos descubrirte 
en aquellos que son tus predilectos, 
los pobres cuya causa tuya hiciste. 

A nuestro hondón trasplántanos tu afecto 
y podremos nosotros repartirte. 
¡Y a nuestro compartir dale incremento! 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

24 de septiembre

 


miércoles, 23 de septiembre de 2020

SONETO: SOLEDAD

Con diferentes grados de intensidad, todos estamos sintiendo en este tiempo de pandemia una profunda soledad. El necesario aislamiento social nos da la real sensación de estar remitidos exclusivamente a nosotros mismos y a nuestra historia personal. Dedicado a quienes, desde lo más hondo, quieren prevenir el virus de la soledad 

Sin quererlo te han metido en soledad. 
No vayas a poblarla con aullidos, 
si por dentro te vienen los gemidos, 
cálmete de tu buen Dios la gran bondad. 

Por cierto ten que Dios no es tu enemigo, 
no pienses que quisiera castigarte 
o cuenta lleve de aquello en que pecaste, 
¡su delicia es estar siempre contigo! 

Tu corazón calma y, en su sosiego, 
el abrazo recibe de Quien quiere 
que nunca desfallezcas por el miedo 

No siendo más cercano el que lo teme, 
desde mi soledad, por eso, quiero 
A Él siempre mirar para entenderme. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz

23 de septiembre

 


martes, 22 de septiembre de 2020

SONETO: CONFINADOS CON AMOR

El confinamiento es un fuerte revés que puede dejar resultas negativas. El “hogar, dulce hogar” se puede convertir en un martirio. No por culpa de nadie, solo por una situación objetiva que, quizás, no sepamos manejar. Nunca mejor nos cae el refrán: “hacer de la necesidad virtud”. La pequeñita casa de la foto, custodiada por dos hermosas flores, intenta ser todo un símbolo. 

Tan extraños nos vemos confinados 
que nos pueden dar ganas de mordernos. 
Podemos hasta tal punto perdernos 
de sentir como ajeno a quien amamos. 

El frescor del amor nos hace falta: 
el cariño que es joven y lozano 
al estar estos días más cercano 
sabe que para sí no se basta. 

No te quedes en busca de un cobijo, 
del corazón haz brotar la abundancia 
y experiencia tendrás del regocijo. 

Que el hogar no es espacio de jactancia, 
lugar es de amor y fiel servicio 
más allá de la simple tolerancia. 

P. Pedro Jaramillo. 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

22 de septiembre

 


lunes, 21 de septiembre de 2020

SONETO: ADIÓS CON ESPERANZA

(Dedicado a quienes despiden a sus seres queridos en el silencio, la soledad y la distancia. Lo hacen con el corazón desgarrado, pero con un afecto incomparable) 


¡Cuánto hiere no poder dar el adiós! 
¡Cómo por dentro se desgarra el alma! 
¡Cómo añoro del pájaro las alas 
y colarme en silencio a tu rincón! 

¡Cómo quisiera yo estrechar tus manos, 
y en tus mejillas estampar mi beso,
y tus ojos mirar con embeleso 
para poder decirte que te amo! 

El adiós más querido te lo llevas: 
trascendiendo lo que tocan los sentidos, 
 a lo más dentro y denso de ti llega. 

Que siendo para mí ser tan querido, 
no puedo dejarte solo en la briega 
ni tú me dejarás en el olvido. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

21 de septiembre

 


domingo, 20 de septiembre de 2020


Estos días pasados en que celebramos la Exaltación de la Santa Cruz y a Nuestra Señora, La Virgen de los Dolores, me están llevando a reflexionar, el Amor tan grande de Dios, que asume nuestra naturaleza humana, y convive con nosotros, sufriendo la incompresión, críticas, calumnias, abandonos, negaciones, tentaciones, conspiraciones, preguntas de los poderosos, de fariseos, ... que tratan de buscar algo con lo que poderle acusar y así terminar con Él. ¿Por qué?, si Él sólo llegó haciendo el bien, descubría lo que hay en lo profundo de nuestros corazones, nos lo mostraba y nos sanaba, se preocupaba por aquello que hacía falta a quienes le seguían, atendía a quien se dirigía a ÉL para pedirle su ayuda, curaba a ciegos, no solo de la ceguera corporal, sino de la ceguera más grave, la del Espíritu, y yo ante esto, hoy como entonces le pidieron, le digo: Señor que vea, porque "mis ojos" se han enturbiado y solo ven la oscuridad de un mundo que no busca la salvación, que se ha alejado de ti, que no te busca....Señor me veo también necesitada de ti, que me libres de mi inmovilidad para hacer el bien, que desates mi lengua para hablar de ti en mi entorno, que cures las heridas que a lo largo de los años se acumulan en mi alma...Necesito tanto de ti....y mirando tu Cruz, me digo: ahí esta la respuesta a todas mis peticiones, un amor tan grande que nos vivifica y renueva y nos da alas para poder seguir intentando seguirle y servirle cada día mejor en los hermanos. ¡Que amor más grande e incomparable el tuyo Señor!.


Luego miro a María la Madre Dolorosa, que sufre porque nuestros pecados han llevado a su Hijo a morir en la cruz, y también sufre por cada uno de nosotros cuando nos alejamos de Ella y   perdemos el Camino que nos lleva a Dios. Sufre por los niños abandonados, y aún más por cada una de los niños que no les han dejado nacer y los han arrebatado del vientre de sus madres, por cada vez que solo miramos nuestra conveniencia y nos olvidamos de los problemas de los demás, por esos ancianos que muchas veces son abandonados y no reciben la visita de los suyos, por su Soledad. ¡Hay tanto dolor en el mundo!. Y María sufre por el dolor de sus hijos, que cada vez más alejados de Ella, no encuentran consuelo, ni razones para seguir luchando por reencontrar el Camino. ¡María, Nuestra Madre Dolorosa ruega por nosotros, condúcenos de nuevo al seguimiento de tu Hijo, que es Camino, es Verdad y es Vida! Amén.

Rosa María C.  M.

20 de septiembre

 


sábado, 19 de septiembre de 2020

SONETO: MISERICORDIA

Una breve nota para recordar, que estos sonetos que ahora estamos publicando, corresponden a los primeros sonetos de esta serie que escribió su autor, Don Pedro Jaramillo, y que ha accedido a enviárnoslos para ir publicándolos, en este blog, pues cuando empezamos a publicarlos, ya llevaba un buen número de ellos, por eso no nos ha de extrañar que en este soneto haga referencia al Domingo de la Misericordia. Gracias una vez más por su generosidad.

Celebramos, hoy, el Domingo de la Misericordia: la que Dios tiene con nosotros (la “divina” misericordia) y la que nosotros estamos llamados a tener con los demás. “Misericordia” es un nombre castellano formado de dos palabras latinas: “miseris” (para los míseros) “cor” (corazón”): la actitud de quien es corazón para el que lo necesita, ésa es la “misericordia”. La pandemia, que nos ha hecho caer en la cuenta - ¡y con qué fuerza! - de que TODOS somos “míseros”, está pidiendo a gritos CORAZONES para tanta y tan dura miseria. 



Corazón acogiendo la miseria: 
esto quiere decir "misericordia". 
La que es de Dios entrando en nuestra historia 
de todas las opciones la más seria. 

Semejante “locura” tuvo un rostro: 
es Jesús que, viviendo nuestra vida, 
la comparte y la vive en tal medida 
que la deja pendiente de los otros. 

A los otros quedamos orientados 
y, viviendo su vida como nuestra,
de la nuestra quedamos descentrados. 

El tiempo de pandemia lo demuestra: 
no seamos solidarios obligados, 
la miseria de los otros sea la nuestra. 

P. Pedro Jaramillo. 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

19 de septiembre

 


viernes, 18 de septiembre de 2020

SONETO: PONERME EN SU LUGAR

Nos cuesta ponernos en el lugar del otro (“en los zapatos del otro”, decimos coloquialmente en Guatemala). Porque Alguien se puso en el lugar nuestro, podemos gozar de salvación… A su lado, el esfuerzo merece la pena. 


Ponerme en el lugar del contagiado 
no es ficción ni devota fantasía, 
que es saber acoger con valentía 
el estar yo también amenazado. 

Y abrir el corazón a la esperanza 
no es pensar solamente yo en la mía, 
que es saber compartir con alegría 
el estar juntos en la misma barca. 

¡Quién me diera un sentido solidario 
para ver en los otros a un hermano, 
no viviendo este tiempo en solitario! 

Con Jesús que me lleva de la mano 
aprenderé en la escuela del Calvario 
a sufrir por el mundo, y a su lado. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

18 de septiembre

 


miércoles, 16 de septiembre de 2020

SONETO: EL MEJOR ES EL AÑEJO

Dedicado con gran afecto a las ancianas y ancianos que, sea sus casas o en Residencias y Hogares, parecen más vulnerables al coronavirus… Sus vidas nos preocupan y sus muertes nos duelen, porque los queremos. Y dedicado también a quienes, con cariño y entrega, los acompañan y cuidan. 


Vino bueno y mejor es el añejo; 
sus años y trabajo le han costado; 
que no venga por nadie despreciado, 
que gran gloria y honor es el ser viejo. 

Mismo honor lo debemos al anciano: 
ha amasado sus años con la gran fe 
de apostar por el saber y no el tener 
y de sabio ha dejado su legado. 

Si cerramos la mente a su memoria, 
y de la vida están arrinconados, 
gran error cometemos con la historia. 

Si el virus los prefiere con descaro, 
nadie quiera cubrirse con la gloria 
de hacerse de este “bicho” un aliado.

P. Pedro Jaramillo. 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

16 de septiembre

 


lunes, 14 de septiembre de 2020

SONETO: TIEMPO DE AMOR, NO DE CONDENA


(La solidaridad en la pandemia es real… 
Real tiene que ser también la comprensión y la acogida…) 

Solidarios y aunados en la pena, 
no inventemos sospechas infundadas, 
ni al enfermo, con lengua malhablada, 
le colguemos sin más nuestra condena. 

Podemos ser nosotros infectados, 
por más que hayamos sido precavidos. 
El deseo de ser nosotros queridos 
sea el mismo que en los otros descubramos. 

Es éste tiempo de amor, no de castigo, 
ensanchar el corazón es lo preciso, 
desnudándonos de todos los prejuicios 

Y abrazar en la distancia a quienes sufren 
y mirar a sus ojos que relucen, 
y de hermanos hacer el buen oficio. 

P. Pedro Jaramillo. 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)
 

14 de septiembre

 


domingo, 13 de septiembre de 2020

SONETO: UNA CURA DE HUMILDAD


Al tiempo que solidariamente nos defendemos de la pandemia y aún más solidariamente la sufrimos con quienes la están padeciendo o han sido víctimas de ella, el momento nos invita a sacar lecciones que puedan “reorientar” nuestro estilo de vida post-coronavirus… Aquí les comparto otra. 

 Ha bastado un “bicho” insignificante 
para hacernos conscientes del abismo; 
incapaces de avanzar nosotros mismos 
hemos sido arrastrados adelante. 

Con horror y con pánico hemos visto
qué grande la debilidad de los cimientos:
habíamos dado por seguro y cierto 
no tener que contar con lo imprevisto.

 ¡Ojalá y caigamos en la cuenta 
que no somos almacén de omnipotencia! 
pretendiendo hasta a Dios manipular. 

Buena lección la de este duro momento: 
sacudidos por este gran desconcierto, 
encajar, sin disimulos, la humildad. 

P. Pedro Jaramillo. 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

sábado, 12 de septiembre de 2020

13 de septiembre

 


SONETO: DIOS NO ES CULPABLE

Queremos agradecer a Don Pedro Jaramillo, por los 150 sonetos, que comenzó en abril, como ya nos dijo y al comenzar nosotras a publicarlos a partir de mediados de Junio, atendió generosamente la petición que le hicimos de que compartiese con nosotros los anteriores, pues tanto nos han ayudado a ver esta situación que nos desborda con una nueva mirada. Gracias Don Pedro, una vez más, por ayudarnos a reflexionar y compartir, estos bellos y profundos sonetos.

Nota : Recordar, como  bien sabeis, podréis releer los sonetos publicados, cuando queráis, seleccionando la etiqueta  Colaboraciones, en este blog.
Rosa Mª C.M.



(El coronavirus se ha puesto en relación con la falta de conciencia ecológica) 

No me dejes, Señor, que me confunda: 
el virus no es de tu mano un castigo, 
pues que Tú no eres para mí enemigo, 
no la juegas con el miedo que me infundas. 

En mi torpe tarea y tan mal hecha, 
Tú, buen Maestro, me enseñas la lección: 
que no puedo manipular yo tu creación, 
dejándola arruinada y tan maltrecha. 

Por mi parte yo te quiero confesar que, 
en adelante, no me pretendo endiosar, 
que me sé y actuaré como criatura. 

Pues que intentar con soberbia maltratar 
y yo con tu creación querer jugar 
desvela la insensatez de mi locura. 

P. Pedro Jaramillo. 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

12 de septiembre

 


viernes, 11 de septiembre de 2020

EL DESAFÍO DEL GRAN ÁRBOL

Hoy agradecemos al P. José Antonio Pérez, Sacerdote Paulino que fue delegado de las Anunciatinas de España, y posteriormente se trasladó a Roma, prestando entre otros el servicio de Postulador General. Como es natural, gran amante de la F.P. y su carisma, que con tanto empeño siempre ha intentado trasmitirnos, él ha tenido a bien compartirnos esta bonita y esperanzadora historia nacida de un sueño, y que tras muchas peripecias, nos lleva a soñar de nuevo un florecimiento y nuevos frutos de ese gran árbol. Muchas gracias P. José Antonio por atender nuestra petición y compartir con nosotros esta historia que nos ayuda a reflexionar y a mirar hacia adelante sin perder de vista el esfuerzo y la entrega de ese joven soñador, esperamos seguir contando con su colaboración.

Rosa María C.M.


Un joven soñador, deseoso de hacer algo por los demás, plantó una pequeña semilla, convencido de que con el tiempo se convertiría en un gran árbol capaz de producir frutos abundantes en favor de mucha gente... Compartió con sus hijos e hijas su ideal y se rodeó de colaboradores generosos que pusieron sus recursos al servicio de la planta. Todos estaban convencidos de la bondad del ideal del joven soñador y favorecieron de todos los modos posibles su nacimiento y su crecimiento. Los grandes sacrificios de todo tipo que tuvieron que sufrir no lograron alejarlos del ideal del gran árbol que debía crecer por el bien de la humanidad.

Después de algunos años, la semilla comenzó a brotar como un hermoso arbusto. En algunas ramas había flores bellísimas; algunas se pudrieron y con el tiempo cayeron al suelo, pero la planta se convirtió en un árbol de diez grandes ramas, lleno de hojas, de flores y no pocos frutos.

Mientras tanto, el hombre había terminado su tarea, siempre guiado por la gracia de Dios, y fueron los hijos y las hijas quienes cuidaron del árbol heredado de su padre.  En algunos momentos estos quisieron descubrir y emplear nuevos recursos para hacer crecer el árbol y producir los mejores frutos: y con razón, porque el mundo ofrecía nuevas posibilidades que el padre no había conocido... Algunos hicieron grandes esfuerzos para producir nuevos frutos y para embellecer algunos de los ya producidos.

Sin embargo, en algún momento, debido también a los múltiples y rápidos cambios de las condiciones ambientales, el árbol se vio comprometido y los herederos de ese hombre, muy preocupados por los
frutos, comenzaron a descuidar un poco una tarea fundamental transmitida por su padre. Cuidaron mucho las hojas y los frutos, a veces con grandes esfuerzos y programas precisos, a veces con bellos frutos, pero el árbol dejó de crecer. Poco a poco las ramas se hacían cada vez más viejas, se sentían
incluso estériles. Los frutos comenzaron a escasear...

Los hijos redoblaron sus esfuerzos, pero el árbol parecía haber alcanzado su máximo desarrollo y comenzó a replegarse sobre sí mismo. No faltaron esfuerzos por parte de algunos para ir a las raíces del árbol, pero a menudo encontraban desconfianza, a veces eran hasta rechazados por parte de los hermanos mayores... Era el momento de la resignación: algunos llegaron a pensar que quizás el árbol ya había cumplido su misión y había llegado el momento de prepararse a morir...

Después de muchos intentos frustrados para hacer florecer las ramas, después de muchos esfuerzos, a veces inútiles, para embellecer los frutos aún presentes, los hijos de ese hombre comprendieron que la verdadera solución era recordar las recomendaciones del padre, tomar en serio el problema fundamental y prestar más atención a las raíces... Un esfuerzo oculto, ciertamente mucho más largo y agotador, pero seguramente el único capaz de hacer revivir el gran árbol que el padre había plantado.

P. José Antonio Pérez (SSP)



11 de septiembre

 


jueves, 10 de septiembre de 2020

SONETO: AUNAR SENTIMIENTOS (SONETO N° 150)

Hoy es justo agradecer a Don Pedro Jaramillo, su colaboración con nuestro blog, permitiéndonos publicar los sonetos que, frutos de una profunda reflexión de estos tiempos duros y difíciles que estamos viviendo en todo el mundo, han iluminado esta situación, nos ha ayudado a reflexionar y hemos orado con ellos, nos ha descubierto como no podemos desentendernos del hermano, que vive esta situación agravada por una situación de falta de recursos materiales, ha profundizado y nos ha alentado a vivir el Evangelio y muchas cosas más que en la relectura de los salmos que hemos subido al blog, podremos cada uno sacar mucho más de todo lo que nos ha trasmitido. Damos gracias a Dios el don que le ha dado y a él, por compartir este don, no solo para el bien de su comunidad en Guatemala, sino también para el bien y la recuperación de los valores humanos que en cierto modo se estaban perdiendo, y que tanto nos han ayudado a cuantos hemos tenido la suerte de poder leerlos y reflexionar con ellos.

¡GRACIAS!
Rosa María C.M.


Por ahora, este es el último soneto. Parece que la “inspiración” tiene también sus ritmos. Y a ellos hay que amoldarse. Comencé el 13 de abril y terminamos este periodo el 9 de septiembre. A pesar del esfuerzo, para mí, ha merecido la pena este “aunar sentimientos” cada día. Ahora podría ser un buen momento de releerlos, anotarlos y seguir compartiéndolos. Creo que nos han ayudado a tomar conciencia de lo que el Papa Francisco nos compartía en la Oración de la Plaza de San Pedro: “nos hemos dado cuenta – decía - de que estamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, llamados todos a remar juntos, todos con la necesidad de darnos fuerzas unos a otros. En esta barca, estamos todos. Y como los discípulos que, a una voz y con angustia, dijeron: “estamos perdidos” (cf. v. 38), también nosotros hemos descubierto que no podemos caminar cada uno por nuestra cuenta, que solo podemos caminar juntos” (27-3-20). “Seguros que se abrirán los caminos, - en la oscuridad, ansiamos las luces - y forjar, juntos, un nuevo destino”. 


Concluir estos Sonetos quisiera 
con el grande y pleno gozo que siento 
de haber aunado nuestros sentimientos 
en estos duros momentos de prueba. 

Todos envueltos en la misma briega, 
hemos penado y llorado sin cuento 
y, entristecidos en algunos momentos, 
no perdimos la esperanza que ruega. 

Seguros que se abrirán los caminos, 
en la oscuridad, ansiamos las luces 
y forjar juntos un nuevo destino. 

Y como muchas serán nuestras cruces, 
a la de Jesús miramos con tino, 
pues que en ella ya la VIDA trasluce. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia San Juan de la Cruz (Guatemala)

10 de septiembre

 


miércoles, 9 de septiembre de 2020

8 de septiembre: LA NATIVIDAD DE MARÍA

Ayer, día de la  Natividad de María,  las anunciatinas que estamos dispersas por el mundo, nos unimos en oración,  a través de la plataforma Zoom, con el rezo del Santo Rosario, así celebramos el cumpleaños de María, todas unidas en esta felicitación.  Quienes no pudimos por diversos motivos conectarnos, estuvimos unidas en las meditaciones e intenciones de cada misterio del Santo Rosario, gracias a Sandra Patricia que nos lo hizo llegar a través de WhatsApp. Fue realmente un regalo a la Madre y a la vez un regalo para nosotras que, utilizando los modernos medios de comunicación y unidas en un mismo Espíritu, gozamos sabiéndonos todas, a la misma hora, unidas en torno a María,  traspasando fronteras y distancias. La oración todo lo puede y con María el gozo se multiplica. Fue una experiencia tan bonita que queremos volver a repetir, al menos una vez al mes.

Rosa María C. M


Compartimos imágenes de dos momentos de esta oración a través de Zoom,
 facilitadas por Sandra y María Antonieta






SONETO: LOS MÁRGENES

Los costes sociales de la pandemia son enormes e hirientes. Y se ha revelado como el otro gran virus contra el que hay que luchar con la misma intensa diligencia con la que nos situamos frente al coronavirus. El Papa Francisco lo recordaba con urgencia: “La pandemia ha dejado al descubierto la difícil situación de los pobres y la gran desigualdad que reina en el mundo. Y el virus, si bien no hace excepciones entre las personas, ha encontrado, en su camino devastador, grandes desigualdades y discriminación. ¡Y las ha incrementado! La respuesta a la pandemia es, por tanto, doble: por un lado, es indispensable encontrar la cura para un virus pequeño pero terrible, que pone de rodillas a todo el mundo. Por el otro, tenemos que curar otro gran virus, el de la injusticia social, de la desigualdad de oportunidades, de la marginación y de la falta de protección de los más débiles. En esta doble respuesta de sanación hay una elección que, según el Evangelio, no puede faltar: es la opción preferencial por los pobres” (Audiencia, 19-8-20). “Vivir este tiempo a los pobres unidos: - hacer de este mundo un “hogar” hermanado, - si de Jesús nos decimos testigos”.


La pandemia es para todos lo mismo,
pero es diferente el lugar de vivirla:
a quien en márgenes toca sufrirla
a la desgracia le suma un abismo.

De sabios es recoger el aviso
y aprender que hay que saber desvestirla
y, desnuda, en su crueldad descubrirla,
y vencerla más allá de eufemismos.

Con los pobres su maldad se ha cebado
y a tantas plagas del hambre ha añadido
mucho pequeño horizonte cortado.

Vivir este tiempo a los pobres unidos:
hacer de este mundo un “hogar” hermanado, 
si de Jesús nos decimos testigos.

P. Pedro Jaramillo
Parroquia San Juan de la Cruz (Guatemala)

9 de septiembre

 


martes, 8 de septiembre de 2020

SONETO: OTRA CERCANIA

Una llamada de atención a que la falta de cercanía física no se traduzca en alejamiento de los demás, sobre todo, de los más pobres. Que el “distanciamiento social” – pasajero – no se nos convierta en “alejamiento social” para siempre. Es el reto de saber mantener “las puertas abiertas” en momentos de cierre. Nos viene bien la observación del Papa Francisco para la próxima Jornada de los Pobres: “Nos sentimos más pobres y débiles, al haber experimentado el sentido del límite y la restricción de la libertad. La pérdida de trabajo, de los afectos más queridos y la falta de las relaciones interpersonales habituales, nos han puesto de golpe frente a horizontes que no estábamos acostumbrados a contemplar… Pero es un tiempo favorable para «volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo [...]”. (Mensaje para la IV Jornada de los pobres-2020). “Pero no dejes cerrada la puerta - para cercano estar de otra manera: - en ella la encontrarás siempre abierta”.


¿Cómo podemos hacernos cercanos,
al estar separados bruscamente,
con distancias que nos colocan enfrente
y que nos hacen estar alejados?

Cercanía es con un gran menoscabo
cuando las normas te dejan ausente
y, por mucho que de veras lo intentes,
de los otros te sientes separado.

Pero no dejes cerrada la puerta
para cercano estar de otra manera:
en ella la encontrarás siempre abierta.

Tu presencia es real y es entera, 
cuando en tu interior acoges la oferta
de no dejar al Espíritu fuera.

P. Pedro Jaramillo
Parroquia San Juan de la Cruz (Guatemala)

8 de septiembre

 


lunes, 7 de septiembre de 2020

SONETO: EL ABRAZO DEL PADRE

La fe en Dios-Padre juega un papel decisivo en la manera de situarse frente a este tiempo duro de pandemia. Un tiempo en que podemos sentir una “global orfandad”. No sería buen camino dar las espaldas al Padre, eligiendo ser huérfanos. Al contrario, es tiempo de vuelta. Así lo expresaba el Papa Francisco: “Vuelve con tu Padre que te está esperando: el Dios de la ternura nos curará; nos curará de muchas, muchas heridas de la vida… ¡Cada uno tenemos las nuestras!... volver a Dios es volver al abrazo, al abrazo de nuestro Padre… Él es capaz de transformarnos, Él es capaz de cambiar nuestros corazones, pero quiere que demos el primer paso: ¡volver! Sería bueno que en nuestros oídos resonara este “vuelve”, “vuelve con tu Padre”. Te espera y hará fiesta. …es volver a casa” (Homilía, 20-3-20). “Deja tú que en tu corazón se labre - la imagen de sus dos brazos abiertos - y, alegre, acoge el abrazo del Padre”. 


Sumidos en una grande oscuridad 
hasta a nosotros dejamos de vernos, 
y sentimos la frialdad del invierno 
en una suerte de global orfandad 

Y adentro te muerde la cruel vaciedad: 
extrañas aquellos susurros tan tiernos 
en un corazón que se ha vuelto yermo 
por un virus pleno de grande crueldad. 

Lo que parece negado, aún está abierto 
y el deseo del abrazo se abre 
en Quien nunca te dejó en el desierto. 

Deja tú que en tu corazón se labre 
la imagen de sus dos brazos abiertos 
y, alegre, acoge el abrazo del Padre. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

7 de septiembre

 


domingo, 6 de septiembre de 2020

SONETO: YO OS ALIVIARÉ

¡Cansancio, desilusión, agobio! Nunca estamos libres de esta situación de congoja. Y en este tiempo de pandemia este “’león rugiente’ nos busca devorar. En el Año de la Misericordia, el Papa nos recordaba: “Tenemos momentos de cansancio y desilusión… A veces nuestro cansancio está causado por haber depositado nuestra confianza en cosas que no son lo esencial, porque nos hemos alejado de lo que vale realmente en la vida… Tener la mirada fija en el Hijo de Dios nos hace entender cuánto camino debemos recorrer aún; pero, al mismo tiempo, nos infunde la alegría de saber que estamos caminando con Él y que no estamos nunca solos. Ánimo, entonces, ¡ánimo! No nos dejemos quitar la alegría de ser discípulos del Señor… No nos dejemos robar la esperanza de vivir esta vida junto a Él y con la fuerza de su consuelo” (Audiencia del 14.9-16). “Y, manso, en Él nos pide apoyarnos - y encontrar en nuestras vidas cansadas - la fuerza para todos reanimarnos”. 


Cansados y agobiados como estamos, 
sentimos fuerte el peso de la vida. 
Y con ganas de dar una estampida 
de mal humor las horas las pasamos. 

¿Encontraremos, por fin, una mano 
que, agarrando con fuerza nuestra brida, 
la conduzca segura y atrevida 
al futuro que todos anhelamos? 

A agobiados por cargas muy pesadas 
apoyo Jesús ofrece, y aliviarlos 
en lo duro de sus horas fatigadas. 

Y, manso, en Él nos pide apoyarnos 
y encontrar en nuestras vidas cansadas 
la fuerza para todos reanimarnos. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

6 de septiembre

 


sábado, 5 de septiembre de 2020

SONETO: QUEJA Y ESPERANZA

En estos momentos de dura pandemia, nos viene bien recordar que la queja no está reñida con la esperanza… Y que puede transformarse en oración. Lo recordaba el Papa Francisco hace ya tiempo, pero tiene una gran actualidad: “hay personas que están viviendo situaciones difíciles, dolorosas, que han perdido tanto o se sienten solas y abandonadas y van a quejarse y hacen estas preguntas: ¿Por qué?... La respuesta es ‘sigue rezando así, porque también esta es una oración’. Como lo fue la de Jesús, cuando le dijo al Padre: ‘¿por qué me has abandonado?’. Porque «rezar es ponerse verdaderamente ante Dios. Se reza con la realidad. La verdadera oración viene del corazón, del momento que uno está viviendo». Es la oración en los momentos de oscuridad, en los momentos de la vida en los que no hay esperanza cuando no se ve el horizonte; cuando no tenemos en qué anclar nuestra esperanza” (Homilía, 30-9-14). “De tus adentros saca y haz que fluyan - los dolores que en ti se amontonaron: - cámbialos en oración, sin que huyan”. 

¡Triste y dura se ha tornado la vida! 
¡Cómo han cambiado las risas en duelo! 
Y ¡cómo los gritos llegan al cielo, 
Reclamando, sin tregua, la salida! 

Orar la queja es mejor que la huida, 
pues que el lamento recobra su vuelo, 
expresando así los grandes anhelos 
que logran brotar del alma dolida. 

De tus adentros saca y haz que fluyan 
los dolores que en ti se amontonaron:
 cámbialos en oración, sin que huyan. 

Al Corazón los sentirás cercanos 
de Aquel que tus flaquezas hizo suyas 
y, en esperanza, a su Cruz dejó clavados. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)